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A Jesús por la Bella María

A Jesús por la Bella María

Hermosa María de Tlaltenango Patrona de la ciudad de Cuernavaca, Morelos, México

Hermosa María de Tlaltenango Patrona de la ciudad de Cuernavaca, Morelos, México
Su fiesta es el 8 de septiembre

lunes, diciembre 31, 2007

Bendiciones para todas y todos en el 2008

No tengas miedo de ser santo
Es necesario ser humilde para que la Gracia Divina opere en nosotros, transformando nuestras vidas y brindándonos los frutos de la Bondad.
“¡No Teman! ¡Abran las anchas puertas que conducen a Dios!”
S.S. Juan Pablo II
Bendiciones…Feliz año 2008

Mujer de Esperanza

María es grande precisamente porque quiere enaltecer a Dios en lugar de a sí misma. Ella es humilde: no quiere ser sino la Sierva del Señor (cf. Lc 1, 38,48).
Sabe que contribuye a la Salvación del mundo, no con una obra suya, sino sólo poniéndose plenamente a disposición de la iniciativa de Dios.
María es una Mujer de Esperanza: sólo porque cree en las promesas de Dios y espera la Salvación de Israel, el Ángel puede presentarse a Ella y llamarla al servicio total de estas promesas.
Benedicto XVI: Deus Caritas est: Dios es amor, 41
Bendiciones…

domingo, diciembre 30, 2007

El Tabernáculo del Señor

María la madre de Cristo, nos enseña verdaderamente lo que significa entrar en comunión con Cristo: María ha ofrecido su propia carne, su propia sangre a Jesús y así deviene en el tabernáculo viviente del Verbo, dejándose penetrar en cuerpo y espíritu por su presencia.
Nosotros invocamos, a nuestra Santa Madre, para que nos ayude a abrir cada día más todo nuestro ser a la presencia de Cristo; para que Ella nos lleve a seguirle fielmente, día tras día, por el camino de nuestra vida.
Benedicto XVI: Homilía, 26/05/2005
Bendiciones…

jueves, diciembre 27, 2007

Fiat mihi secundum verbum tuum

María responde al Ángel: He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra.» Así, anticipa la tercera invocación del Padre Nuestro: «Hágase Señor Tu Voluntad. »
Ella responde con un «sí» a la Voluntad de Dios, una Voluntad aparentemente demasiado grande para un ser humano; María dice «sí» a la Voluntad Divina, se coloca ante esa Voluntad, integra toda su existencia a través de un gran «sí» en la Voluntad de Dios y abre así la puerta del mundo a Dios.
Adán y Eva, con su «no» a la voluntad de Dios, habían cerrado esa puerta. «Hágase Señor Tu Voluntad»: María nos invita también a pronunciar ese «sí» que parece a veces tan difícil.
Nosotros estamos tentados a preferir nuestra voluntad, pero Ella nos dice: «Sed valientes, decid vosotros, también: « Hágase Señor Tu Voluntad», pues esa es la Voluntad del bien.
Al principio, puede parecernos un peso casi insoportable, un yugo que no es posible soportar, pero en realidad, la Voluntad de Dios no es un peso, la Voluntad de Dios nos da alas para volar muy alto, y nosotros también podemos atrevernos, con María a abrirle a Dios la puerta de nuestra vida, las puertas de este mundo, diciendo «sí» a su Voluntad, teniendo consciencia que su Voluntad es el verdadero bien y que ella nos guía hacia la felicidad verdadera.
Benedicto XVI: Homilía, 18/12/05
Bendiciones…

martes, diciembre 25, 2007

Navidad es Jesús

Thalia Ehrlich Garduño
Navidad es Fe, es Esperanza en Aquel que es Amor pleno.
Navidad es ver lo grande en lo pequeño.
Navidad es vivir por Cristo, en Cristo y con Cristo.
Navidad es aprender que Dios nos habla para decir ‘Te amo’
a cada uno de nosotros.
Navidad es dar una sonrisa, un abrazo a los que amamos.
Navidad es perdón hacia los demás y también pedirlo de corazón.
Navidad es ver un atardecer lleno de bendición de Dios que
es una oportunidad de empezar mañana otra vez.
Navidad es vivir el Evangelio, siendo testimonio del Amor de Dios
en nosotros como lo es la Bella María.
Navidad es Buscar a Cristo y encontrarlo en cada persona
y en nosotros mismos.
Navidad es acercarnos a nuestra familia y amigos.
Navidad es tener en lo ordinario de nuestra vida a lo extraordinario:
a Dios en persona.
Navidad es creer siempre en el Amor y en la Verdad.
Bendiciones y feliz Navidad…

lunes, diciembre 24, 2007

Gracias por esta Navidad

Gracias, Padre por amarnos y querer que seamos tus hijos, hermanos menores de Jesús.
Gracias Jesús porque quisiste venir a vivir entre nosotros y ser uno de nosotros para que podamos ir a vivir a la casa del Padre y pertenecer a la familia de Dios.
Bendito seas por tu Nacimiento que trajo nuestra Salvación.
Gracias Espíritu Santo por ser el que hizo posible que la Palabra se encarnara y ser el que nos actualiza la Palabra para que podamos comprenderla en nuestro momento.
Gracias Mamá María por decir que ‘Sí’ a la Voluntad de Dios y así fuera posible nuestra Salvación.
Jesús nació de tu vientre y nosotros hemos nacido de tu corazón.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu de Amor.
Amén
Bendiciones hoy siempre, feliz Navidad...

La unión Virginal de la Bella María y del Buen José II

Por: Thalia Ehrlich Garduño
La dificultad de entender el Misterio sublime de su comunión matrimonial ha hecho pensar a algunos desde el siglo II d.c., a atribuir al Buen José una edad avanzada y considerarlo solamente como su custodio más esposo de la Bella María.
Podemos suponer, en cambio, que José no era una persona mayor, sino que su perfección interior, fruto de la Gracia, lo hizo vivir con afecto virginal su relación con la Bella Doncella de Nazaret.
La colaboración del Buen José en el Misterio de la Encarnación comprende también el papel de padre de Jesús.
Dicho rol le fue reconocido por el Ángel Gabriel que cuando se le apareció en su sueño le invitó a poner el nombre al Niño: “Y dará a luz un Hijo, al que pondrás el nombre de Jesús, porqué él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1,21).
Aún cuando el Buen José no engendró a Jesús físicamente, la paternidad del Buen José fue real no aparente.
Distinguiendo entre padre y progenitor, una antigua monografía sobre la Virginidad de la Hermosa María del siglo IV, afirma que “los compromisos adquiridos por María y José como esposos hicieron que él pudiera ser llamado con este nombre (padre); un padre, sin embargo, que no ha engendrado.”
El Buen José y Jesús tuvieron una relación de padre e Hijo y el Buen José gozó de autoridad a la que el Hijo de Dios se sometió (Lc.2, 51), educándolo y enseñándole su trabajo de artesano.
Los cristianos han reconocido siempre que el Justo José tuvo una comunión íntima con La Bella María y Jesús y se puede deducir que el tuvo una muerte tranquila, llena de Amor y santidad. De esta tradición cristiana se ha desarrollado una gran devoción a la Sagrada Familia y en ella al Buen José.
Hace un poco más de 100 años el Papa León XIII invitaba a los católicos a orar para obtener la protección de san José, Patrono de la Iglesia. En la Carta encíclica Quamquam pluries habla de aquel “Amor paterno de José profesaba al Niño Jesús.” A él, “próvido custodio de la Sagrada Familia, recomendaba la heredad que Jesucristo conquistó con su sangre.”
Desde entonces, la Iglesia pide la protección de san José en virtud de “aquel sagrado vinculo que lo une a la Virgen”, y le encomienda todas sus preocupaciones y los peligros que amenazan a toda la humanidad.
En este tiempo, el recuerdo del Buen José renueva en nosotros la intensidad de la oración que en 1889 el Papa León XIII pidió dirigirle. Esta plegaria y la figura de José se actualizan para la Iglesia de nuestra época, en este comienzo del milenio.
El varón justo que llevaba consigo todo el patrimonio de la Antigua Alianza, y que estuvo en el comienzo de la Nueva y Eterna Alianza, nos muestre el camino de esta Alianza Salvífica, que debe perdurar y desarrollarse en este milenio, después de La Plenitud de los Tiempos, que es propia de la Encarnación del Hijo de Dios.
*Catequesis del Papa Juan Pablo II, 21 de Agosto, 1996
Reflexión: Pidamos la intercesión de san José, por todos los padres que como él, han cuidado y educado a un hijo que nació de su corazón.
Muchas bendiciones en esta Navidad…

domingo, diciembre 23, 2007

La unión Virginal de la Bella María y del Buen José

Thalia Ehrlich Garduño
El Evangelio, Lucas presenta a la Bella María como Virgen, y añade que estaba “desposada con un hombre llamado José, de la casa de David” (Lc. 1,27).
Estas informaciones parecen a primera vista, contradictorias. Notemos, que el término griego que se utiliza en este pasaje no indica la situación de una mujer que se ha casado sino que está en la etapa de su noviazgo.
Pero, a diferencia de la cultura moderna, en la costumbre judaica antigua en el noviazgo había un contrato y tenía normalmente un valor de definitivo: efectivamente, introducía a los novios al matrimonio y este se cumplía plenamente cuando el muchacho llevaba a la joven a la casa de él.
En el momento de la Anunciación, la Hermosa Doncella de Nazaret ya estaba comprometida con el buen José.
Nos podemos preguntar porqué había aceptado ser novia de José, pues Ella tenía el propósito de permanecer virgen para siempre. Lucas es consciente de esta dificultad, pero se limita a registrar la situación sin dar más explicaciones.
El evangelista aun poniendo de relieve el propósito de la Virginidad de la Madre de Dios, la presenta igualmente como esposa de José y constituye un signo de que las dos noticias son históricamente dignas de crédito.
Entre la Hermosa María y José, en el momento de comprometerse existía un entendimiento de su vida virginal.
El Espíritu Santo que inspiró en la Bella María la opción de la Virginidad con miras al Misterio de la Encarnación y quería que esta sucediera en un contexto familiar adecuado para el crecimiento del Niño, suscitó en el Buen José, el ideal de la castidad.
Gabriel el Ángel, se le aparece en un sueño y le dice: “José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu esposa, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo”(Mt. 1,20).
  • José recibe la confirmación de estar llamado a vivir de forma totalmente especial el camino del matrimonio.
  • A través de la comunión virginal con la mujer predestinada a dar a luz a Jesús, Dios lo llama a cooperar en la realización del Plan de Salvación.

La realización concreta del Misterio de la Encarnación exigía un nacimiento Virginal que pusiera en relieve la filiación Divina, y, al mismo tiempo, una familia que asegurara el desarrollo normal del Niño Jesús.

El Buen José y la Bella María en vista de su contribución al Misterio de la Encarnación del Verbo, recibieron la Gracia de vivir juntos el carisma de la Virginidad y el don del matrimonio.

La comunión de Amor virginal de la Bella María y del buen José, constituyendo un caso especialísimo, vinculado a la realización del Misterio de la Encarnación, sin embargo, fue un verdadero matrimonio (Redemptoris custos, 7).

Muchas Bendiciones en esta Navidad para todas y todos…

sábado, diciembre 22, 2007

La Bella María en el corazón de la espera de Israel

« V He aquí que una doncella está en cinta y va a dar a luz un hijo» (Is 7,14).
Los santos y los místicos son también unánimes en decir que la Virgen, modesta, no hubiese imaginado jamás que Ella podía ser la Madre del Salvador. Sin embargo, ese era el gran signo sobre la venida del Mesías, anunciada por el profeta Isaías: «Pues bien el Señor mismo va a daros una señal; he aquí que una doncella está en cinta y va a dar a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel.» (Is 7,14). El texto hebreo habla de una joven y la traducción griega de una « virgen » pero se olvida a menudo la importante traducción del arameo que los judíos consideran como canónica e incluso más fiable que la traducción griega. Esta traducción a la "lengua de los hombres" que el Talmud pone en relación directa con el texto hebreo "lengua de Dios" para mejor comprenderle, usa en la profecía de Isaías un término preciso que designa a "una joven comprometida y todavía no casada." Al convertirse en Madre de ese niño, María deviene la "Ciudad del gran Rey" que Dios habita y protege. En Ella: « generación tras generación manifestará su alegría y el nombre del Elegido vivirá a través de las generaciones futuras.» (Tb 13,11).
Bendiciones…

jueves, diciembre 20, 2007

Nombre de Cristo en griego

X ó XP
Abreviaturas para Χριστός (Kristos).
Desde los primeros siglos los cristianos abrevian
la palabra griega "Χριστός" (Cristo) con las letras: Χρ (chi, ro).
La P en griego se pronuncia como nuestra R.
También la X sola se utiliza para representar a Cristo.
Bendiciones...

miércoles, diciembre 19, 2007

Recomendación en caso de un accidente

En caso de accidente, si no puedes hablar, los equipos de rescate buscan en tu celular pero no sabrían a quién contactar de la larga lista de números.
Recomendación: Añadir al celular el número de la persona a contactar en caso de emergencia, bajo el nombre: AA en caso de Emergencia.
Las letras "AA" harán que aparezca en la cabeza de la lista de contactos. Esto puede ser una gran ayuda.
-Gracias a www.iesvs.org por la recomendación.
Bendiciones…

martes, diciembre 18, 2007

La Concepción Virginal de Jesús II

Por: Thalia Ehrlich Garduño
El Espíritu Santo es la persona que da a las mujeres y a los hombres las riquezas de Dios y los hace participar de la vida Divina. Él, que en el Misterio trinitario es la unidad del Padre y el Hijo, y obrando la Generación Virginal de Jesús, une a toda la humanidad a Dios.
El Misterio de la Encarnación nos permite ver la incomparable grandeza de la Maternidad Virginal de la Bella María: la Concepción de Jesús es fruto de su cooperación generosa en la acción del Espíritu de Amor, fuente de toda fecundidad.
En el Plan de Salvación de Dios, la Concepción Virginal es, por tanto, el anuncio de la Nueva Creación: por obra del Espíritu Santo, en la Hermosa María, es engendrado Aquel que será el Hombre Nuevo.
Como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica: “Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María, porque él es el Nuevo Adán que inaugura la Nueva Creación” (n. 504).
En el Misterio de la Nueva Creación resplandece el papel de la Maternidad de la Bella María. San Irineo, llamando a Cristo “Primogénito de la Virgen”, recuerda que, después de Jesús, muchos otros nacen de la Virgen, en el sentido de que reciben la Vida Nueva de Cristo.
“Jesús es el único Hijo de la Bella María. Pero la Maternidad espiritual de la Virgen María se extiende a todos los hombres y mujeres a los que él vino a salvar: “Dio a luz al Hijo, al que Dios constituyó en el mayor de muchos hermanos” (Rom.8, 29), es decir, de los creyentes, a cuyo nacimiento y educación colabora con Amor de Madre (Catecismo de la Iglesia Católica,
n. 501).
La comunicación de la Vida Nueva es la transmisión de la filiación Divina. Podemos recordar la perspectiva abierta de Juan en el Prólogo de su Evangelio: “Aquel a quien Dios engendró da a los creyentes el poder de hacerse hijos de Dios” (Jn.1, 12-13).
La Generación Virginal permite que se extienda la Paternidad Divina: a las mujeres y a los hombres se les hace hijos adoptivos de Dios en Jesús quien es Hijo de la Bella Virgen y del Padre.
Así pues, la contemplación del Misterio de la Generación Virginal nos permite intuir que Dios ha elegido para su Hijo una Madre Virgen, para dar plenamente a sus hijos su Amor de Padre.
Bendiciones…

lunes, diciembre 17, 2007

La Concepción Virginal de Jesús I

Por: Thalia Ehrlich Garduño
Dios ha querido, en su Plan de Salvación, que su Hijo unigénito naciera de una Virgen. Esta decisión Divina implica una profunda relación entre la Virginidad de la Bella María y la Encarnación del Verbo.
“La mirada de la Fe, unida al conjunto de la Revelación, puede descubrir las razones misteriosas por las que Dios, en su Designio Salvífico, quiso que su Hijo naciera de una Virgen. Estas razones se refieren tanto a la persona como a la Misión Redentora de Cristo como a la aceptación por María de esta Misión para con los hombres y las mujeres”.
(Catecismo de la Iglesia Católica, n. 502).
La Concepción Virginal, sin intervención humana, afirma que el único padre de Jesús es el Padre Celestial, y que en la Generación temporal del Hijo se refleja la Generación Eterna: el Padre, que engendró al Hijo en la eternidad, lo engendra también en el tiempo como Hombre.
El relato de la Anunciación pone de relieve el estado de Hijo de Dios, consecuente con la Divina en la Concepción: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el Poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será Santo y será llamado Hijo de Dios” (Lc. 1,35).
El que nace de La Bella María ya es, en virtud de la Generación Eterna, Hijo de Dios; su Generación Virginal, obrada por la intervención del Altísimo, manifiesta que, también en su humanidad, es el Hijo de Dios.
La Revelación de la Generación Eterna en la Generación Virginal nos las sugiere las expresiones que se encuentran en el Prólogo del Evangelio de Juan, que relacionan la manifestación de Dios invisible, “Por la obra del Hijo único, que está en el seno del Padre” (Jn.1, 18), con su venida en la carne: “Y la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros, y hemos contemplado su Gloria, Gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de Gracia y Verdad”(Jn.1,14).
Lucas y Mateo al narrar la Concepción de Jesús, afirman también el papel del Espíritu Santo. Este no es el padre del Niño: Jesús es Hijo únicamente del Padre Eterno (Lc.1, 32.35) que, por medio del Espíritu, actúa en el mundo y engendra al Verbo en la naturaleza humana.
En efecto, en la Anunciación, el Ángel llama al Espíritu “Poder del Altísimo” (Lc.1, 35) en sintonía con el Antiguo Testamento que lo presenta como la energía Divina que actúa en la existencia humana, capacitándola para realizar acciones maravillosas.
Este Poder, que en la vida Trinitaria de Dios es Amor, se manifiesta en su grado supremo en el Misterio de la Encarnación, tiene la tarea de dar el Verbo Encarnado a la humanidad.
Continuará…
(Catequesis del Papa Juan Pablo II,
31 Julio, 1996)
Bendiciones…

viernes, diciembre 14, 2007

La Bella María Llena de Gracia II

Por: Thalia Ehrlich Garduño
La acción de Dios es una sorpresa en el caso de la Virgen María.
v La Bella María no tiene ningún título humano para recibir el anuncio de la venida del Mesías.
v Ella no es el Sumo sacerdote, representante oficial de la religión judía, La Hermosa María no es un hombre, sino una Doncella sin influencia en la sociedad de su época.
v Además, Ella es de Nazaret, pueblo del que no se habla en el Antiguo Testamento y en el tiempo de Jesús y de su Madre María, no tenía buena fama, como lo leemos en el Evangelio donde Natanael dice: “¿De Nazaret puede salir algo bueno? (Jn. 1,46).
El carácter extraordinario y gratuito de la intervención de Dios, resulta más claro si se compara con el texto que escribió Lucas, que se refiere a Zacarías.
Este pasaje hace notar la condición sacerdotal de Zacarías y el ejemplo de vida de él y de Isabel, modelos de justos del Antiguo Testamento. “Vivian de acuerdo a todos los Mandamientos y leyes del Señor” (Lc. 1,6).
En cambio, el Evangelio no menciona el origen de la Doncella de Nazaret.
Con esta acción literaria, Lucas recalca que en Ella todo deriva de una Gracia soberana. Cuanto le ha sido concedido no proviene de un título de mérito, sino únicamente de la libre y gratuita predilección de Dios.
Al actuar así, Lucas evidentemente no desea poner en duda el excelso valor personal de la Virgen.
Más bien, quiere presentar a la Bella María como fruto puro de la bondad de Dios, quien tomó de tal manera posesión de Ella, que la hizo, como dice el Ángel, “Llena de Gracia.” La abundancia de Gracia funda la riqueza espiritual que atesora la Bella Doncella.
En el Antiguo Testamento, Yahvéh revela la sobreabundancia de su Amor en muchas maneras.
En el principio del Nuevo Testamento, en la Bella María la gratitud de la Misericordia Divina alcanza su grado más alto.
En Ella, la predilección de Dios, que se ha manifestado en el pueblo escogido, en particular a los humildes y a los pobres, llega a su culmen.
La Iglesia, alimentada por la Palabra del Señor y por la experiencia de los santos, exhorta a cada creyente a mirar a Theotokos* para sentirse con ella amados por Dios.
Los invita a imitarla siguiendo su ejemplo y por su intercesión, puedan perseverar en la Gracia de Dios que santifica y cambia los corazones.
*Madre de Dios.
Bendiciones…

jueves, diciembre 13, 2007

La Bella María Llena de Gracia I

Por: Thalia Ehrlich Garduño

En el relato de la Anunciación, la primera palabra que dice el Ángel cuando saluda a la Bella María: ‘Alegrate’ invita a la alegría que remite a los oráculos del Antiguo Testamento dirigidos a la hija de Sión. Se puede explicar también los motivos en los que se funda esta invitación: v La presencia de Dios en medio de su pueblo v La venida del Rey Mesías v Y la fecundidad Materna
Estos motivos encuentran en María su pleno cumplimiento. El ángel Gabriel dirigiéndose a la Doncella de Nazaret, después del saludo (Xaire, Alégrate) la llama (Kexaritomene) “La Llena de Gracia.”
Estas palabras del texto griego Xaire y Kexaritomene tienen una profunda conexión entre sí: la Hermosa María es invitada a alegrarse sobre todo porque Dios la ama y la ha colmado de Gracia con vistas a la Maternidad Divina.
La Fe de la Iglesia y la experiencia de los santos enseñan que la Gracia es la fuente de alegría y que la verdadera alegría viene de Dios. En María, como en cada cristiano, el Don Divino es causa de profundo Gozo. Kexaritomene: Esta palabra dirigida a la Bella María como una calificación propia de la Mujer destinada a convertirse en la Madre de Dios.
La constitución Lumen Gentium lo recuerda cuando afirma: “La Virgen de Nazaret es saludada por el Ángel de la Anunciación por encargo de Dios, como “Llena de Gracia” (56). El hecho de que el Mensajero Celestial la llame así concede al saludo del Ángel un valor más alto: es la manifestación del Misterioso Plan Salvífico de Dios con relación a la Doncella de Nazaret. La Encíclica Redemptoris Mater escrita por S.S. Juan Pablo II, dice: “La Plenitud de Gracia indica la dadiva sobrenatural de la que se beneficia María porque ha sido elegida y destinada a ser Madre de Cristo” (9).
“Llena de Gracia” es el nombre que la Hermosa María tiene a los ojos de Dios. Al leer la narración de Lucas, el Ángel lo usa incluso antes de pronunciar el nombre de María, poniendo en relieve el aspecto principal que el Señor ve en la personalidad de la Bella Doncella de Nazaret.

La expresión “Llena de Gracia” traduce la palabra Kexaritomene, la cual es participio pasivo. Así pues, para expresar con más exactitud el matiz griego, no se debería decir simplemente “Llena de Gracia”, sino “Hecha de Gracia” o “Colmada de Gracia”, lo cual indicaría claramente que se trata de un Don hecho por Dios a la Virgen María. El término en la en la forma de participio perfecto, expresa la imagen de una Gracia perfecta y duradera que implica Plenitud. El mismo verbo, en el significado de “Colmar de Gracia”, es usado en la carta a los Efesios para indicar abundancia de Gracia que concede el Padre en su Hijo amado (Efe. 1,6). María la recibe como primicia de la Redención (Redemptoris Mater, 10).
La acción de Dios es una sorpresa en el caso de la Virgen María.
(Catequesis del Papa Juan Pablo II, 8 mayo, 1996)
Continuará…
Bendiciones…

martes, diciembre 11, 2007

¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?

Por: Thalia Ehrlich Garduño
La Bella María de Guadalupe dijo a san Juan Diego, y hoy hace eco en cada cristiano: “Sábete que yo soy la Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien se vive”, y unos días más tarde le dijo también: “¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?” La Virgen se presentó así como Madre de Dios y de cada uno de nosotros.
La Señora del Cielo es todavía en esta época el signo de la cercanía de Cristo, y nos invita a entrar en comunión con Él, para que tengamos acceso al Padre. Contando con la intercesión de la Doncella de Nazaret, la Iglesia quiere llevar a las mujeres y a los hombres al encuentro con el Hijo de Dios; que es el punto de partida y llegada de una autentica conversión y de una renovada comunión con Dios y los demás.
La Hermosa María ha constituido para los habitantes de este Continente el gran signo, de rostro Materno y misericordioso de la cercanía del Padre y del Hijo, y Ella nos invita a tener un estrecho lazo de Amor con Ellos.
Una característica de la religiosidad del Continente Americano, son su cultura e historia, tiene un tinte Mariano y Maternal y tiene su expresión en el Bello rostro mestizo de María de Guadalupe que, la Madre de Jesús, es Madre de todos los habitantes de esta tierra, de los débiles, y de cada persona que tenga necesidad de Ella.
Los primeros misioneros que llegaron a América, que venían de lugares de tradición Mariana, ellos, junto con la Fe Cristiana, fueron enseñando el Amor a la Virgen, Madre de Dios, y de cada persona humana.
La Aparición de la Bella María de Guadalupe a san Juan Diego en el Tepeyac, México, tuvo repercusión decisiva en la Evangelización, el Papa Juan Pablo II afirmó: “el rostro Mestizo de la Virgen de Guadalupe fue ya desde el inicio en el Continente, un símbolo de la inculturación de la Evangelización de la cual ha sido estrella y guía.”
Bendiciones...

lunes, diciembre 10, 2007

Bella María... Theotokos

'Alégrate, Llena de Gracia; el Señor está contigo.' 'Darás a luz un Hijo y le pondrás el Nombre de Jesús. Será grande y con razón lo llamarán el Hijo del Altísimo' (Lc. 1,28.31-32).

Una espera única en el mundo VI

El niño maravilloso anunciado por la Sibila de Cumas.
En tiempos de la Virgen, la espera de los romanos podía también venir del oráculo citado por Virgilio en la cuarta Égloga de sus “Bucólicas”:
« He aquí los últimos tiempos marcados por el oráculo de la Sibila de Cumas: la larga serie de siglos recomienza. He aquí que se ve venir una Virgen, y el reino de Saturno.
Del cielo vendrá una raza nueva. Un niño que nacerá bajo el reino del Emperador Augusto eliminará la generación de hierro y vendrá para el mundo entero la generación del oro ».
La Virgen María, sobre quien descenderá el Hijo de Dios, no conocía seguramente ese oráculo, pero Jesús que ha nacido bajo el reino del Emperador Augusto ha transformado el hierro de la opresión, en el Amor que simboliza el oro.
Y en varios santuarios del mundo (como Longpont, Nogent/Coucy, Chartres), se veneraba, desde antes de Cristo, la “Virgini Pariturae”: la Virgen parturienta.
«Hipótesis sobre Jesús»
de Vittorio Messori, Mame, 1978, p.90
Bendiciones…

domingo, diciembre 09, 2007

Hoy celebramos a san Juan Diego, el mexicano que vio a la Bella María de Guadalupe

"...después de haber reflexionado largamente, invocado muchas veces la ayuda Divina y oído el parecer de numerosos hermanos en el episcopado declaramos y definimos santo al beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin"
"Esta noble tarea de edificar un México mejor, más justo y solidario, requiere la colaboración de todos. En particular, es necesario apoyar hoy a los indígenas en sus legítimas aspiraciones, respetando y defendiendo los auténticos valores de cada grupo étnico.
"En este momento decisivo de la historia de México, cruzando ya el umbral del nuevo milenio, encomiendo a la valiosa intercesión de San Juan Diego los gozos y esperanzas, los temores y angustias del querido pueblo mexicano, que llevo tan adentro de mi corazón".
S.S. Juan Pablo II
Homilía pronunciada en la Ceremonia de
Canonización de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin
31 de julio del Año del Señor 2002
Bendiciones…

Una espera única en el mundo V

En tiempos de la Virgen, los judíos esperaban su misterioso Cristo. Pero lo más sorprendente es descubrir que en ese tiempo precisamente, los otros pueblos también vivían en la espera. Tenemos testimonios indudables y precisos sobre la espera universal de Alguien que debía venir de Judea.
Dos de los más grandes historiadores latinos, Tácito y Suetonio, nos dicen cómo los romanos vivían en efervescencia hacia el siglo que ahora conocemos como el « primero después de Cristo ».

Tácito escribe en « Historiae »: « La mayoría estaba persuadida que en los antiguos libros de los sacerdotes, estaba escrito que, hacia ese tiempo, el Oriente crecería en poder y que los dominadores del mundo vendrían de Judea. »

Suetonio, señala en la “Vida de Vespasiano”: « En todo el Oriente, una idea ganaba terreno: la opinión constante y muy antigua, según la cual estaba escrito en el destino de la humanidad que de Judea vendrían por ese tiempo los dominadores del mundo. »

Esos dos historiadores escribieron a finales del primer siglo e inicios del segundo, sin conocer el triunfo, todavía por llegar, de Ese que un día sería el « dominador » de Occidente.

«Hipótesis sobre Jesús »

de Vittorio Messori, Mame, 1978, p.90

Bendiciones…

sábado, diciembre 08, 2007

Oración

Santísima Virgen, yo creo y confieso vuestra Santa e
Inmaculada Concepción pura y sin mancha.
¡Oh Purísima Virgen!,
por vuestra pureza virginal,vuestra Inmaculada Concepción
y vuestra gloriosa cualidad de Madre de Dios,
alcanzadme de vuestro amado Hijo la humildad,
la Caridad, una gran pureza de corazón,de cuerpo y de espíritu,una santa perseverancia en el bien,
el Don de oración,una buena vida y una santa muerte.
Amén.
Bendiciones…

viernes, diciembre 07, 2007

Declaración del Dogma de la Inmaculada Concepción de la Bella María

"Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su Concepción, fue por singular Gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del genero humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles."
Dogma proclamado por el Papa Pío IX,
el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus.
Bendiciones...

Una espera única en el mundo IV

La sorprendente profecía de Setenta septenarios.
El profeta Daniel precisa de manera sorprendente los tiempos de la venida del Mesías con la profecía de los 70 septenarios. Ese famoso pasaje del capítulo 9 de Daniel comienza así: « Setenta septenarios han sido establecidos para tu pueblo y tu ciudad santa, para interrumpir la perversidad, poner término al pecado, absolver la culpa y traer la justicia eterna, sellar visión y profecía y ungir al Santo entre los Santos. »
El nuevo mundo vendrá cuando Cristo haya « sido ungido ». Entonces, terminarán las visiones de los profetas. Todo esto sucederá después de «70 septenarios ». Esta indicación temporal, la única de todo el Antiguo Testamento, jamás suscitó polémicas excesivas entre los intérpretes. Es claro que se trata de septenarios, es decir, de periodos de siete años, y que anuncia la venida del Mesías al cabo de 490 años. Pero, ¿a partir de cuándo se debe comenzar a contarlos? «
A partir del nacimiento de una palabra en vista de la reconstrucción de Jerusalén » después del exilio a Babilonia, según el texto bíblico. Algunos calculaban a partir del decreto de Artajerjes, en 458 antes de Cristo, otros a partir de Ciro, en 538, desde la liberación de Israel, algunos en años solares, otros en años lunares. El descubrimiento de los pergaminos, en el 1er siglo antes de nuestra era, encontrados en Qûmran muestran que la comunidad que ahí vivía se preocupaba de los signos de los tiempos y que también se apoyaba en la profecía de los «70 septenarios ».
Se había calculado que los tiempos del Mesías debían comenzar en el 26 antes de Cristo y en esa espera se retiraron al desierto. Se dio un pequeño « error » de 20 años en sus cálculos, pero como dice Hugo Schonfield, « hoy vemos hasta qué punto, Jesús podía proclamar al emprender su misión: « El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca » (Mc 1,15).
«Hipótesis sobre Jesús »
de Vittorio Messori, Mame, 1978, p.89-90
Bendiciones…

martes, diciembre 04, 2007

Una espera única en el mundo III

« En tiempos de esos reyes, Dios creará un reino que jamás será destruido »
La segunda profecía importante que evoca el momento de la venida del Mesías figura en el Antiguo Testamento, en el libro de Daniel, el cual ya en tiempos de la Virgen era leído bajo su forma actual, desde hacía dos siglos.
En el capítulo 2, el del sueño de Nabucodonosor, el rey ve una piedra que rompe una gran estatua de oro, de plata, de bronce, de hierro y de arcilla mezcladas.
El rey no consigue dormir hasta que Daniel le da su interpretación: « Después de ti vendrá otro reino, inferior a ti, y un tercero de bronce que dominará la tierra entera. Luego, habrá un cuarto, duro como el hierro, (…) que reducirá a polvo y terminará con todos. (…)
Este será dividido, una parte en hierro y otra en arcilla. (…) En tiempos de esos reyes, Dios creará un reino que jamás será destruido, y ese reino no pasará a otro pueblo; él destruirá y eliminará todos esos reinos, y subsistirá para siempre (…). El Dios del Cielo ha dado a conocer al rey lo que deberá suceder. Este es el sueño y su interpretación verdadera.» (Dn 2,39-45).
Ahora bien, después de Nabucodonosor llegaron los persas ayudados por les medas, luego los griegos que dominaron toda la tierra bajo el mando de Alejandro, después los romanos quienes con el hierro redujeron a todos sus adversarios, antes que Israel no fuese dividido entre el hierro de Roma y la arcilla de Herodes.
La piedra que rompe la estatua devendrá una gran montaña que cubrirá toda la tierra. La humilde Virgen del Señor pudo quizás imaginarse la modestia de los inicios del reino mesiánico que « jamás será destruido y sobrevivirá por la eternidad.»
«Hipótesis sobre Jesús »
de Vittorio Messori, Mame, 1978, p.84
Bendiciones…

lunes, diciembre 03, 2007

Una espera única en el mundo II

« El cetro no se alejará de Judá, antes de que venga Ese, a quien le pertenece »
La primera de las profecías que evoca el momento de la venida del Mesías está en el Génesis, (Gn 49,1-10), cuando Jacobo, nacido de Isaac, bendice a su hijo antes de morir. «Reuníos para que os anuncie lo que os espera en el futuro.» Y prosigue: « El cetro no se alejará de Judá, hasta que venga Ese a quien le pertenece, a quien los pueblos deben obediencia. » Ese pasaje, que siempre fue escuchado por los exégetas de Israel con un sentido mesiánico, cobra un actualidad nueva en tiempos de la Virgen, después que Herodes I fue nombrado rey de Judea poniendo fin a la dinastía judía asmonea.
Los judíos de Israel serán a partir de entonces regidos por un rey edomita, hijo de una mujer nabatea, salida de una tribu árabe y amigo de los romanos, aunque oficialmente se convirtió al judaísmo. La Judea se convierte entonces en una provincia vasalla de Roma y lo será hasta la destrucción de Jerusalén en el 70 después de Cristo.
Cuando Octavio confirma a Herodes I el título de rey de Judea, de Samaria, de Idumea y de Galilea, ofreciéndole la planicie del Golán y los pueblos de la costa del Mediterráneo que debió haberle dado a Cleopatra, Jerusalén fue sacudida por un terremoto que causó 10.000 víctimas. Con la llegada de Herodes I la autoridad pasa a los romanos y el signo mesiánico se cumple, pues el cetro se aleja definitivamente de Judá. A tal punto que los judíos responderán a Pilatos, durante el proceso de Cristo: « No tenemos otro rey que César. »(Jn 19,15).
Hipótesis sobre Jesús » de Vittorio Messori, Mame, 1978 p50, 82
Y las Crónicas Universales del calendario Hebraico, años 3625 y 3630
Bendiciones...

domingo, diciembre 02, 2007

Una espera única en el mundo I

En la época en que vivió la Virgen, todo Israel esperaba a Ese que debía llegar.
Cuando la Virgen María era pequeña, esperaba, como todo Israel, la llegada del Mesías, anunciado no solo por un profeta sino por una serie de hombres que completaban, a través de los siglos, sus predicciones.
Ella esperaba en medio de ese pequeño pueblo zarandeado por la historia, que había sobrevivido a las confrontaciones con los Imperios vecinos y que sería en el futuro el único pueblo que resistiría a la desaparición del mundo de la antigüedad, conservando intacta su identidad, con la certidumbre inquebrantable de ser instrumento de un destino eterno.
Todos buscaban en las Escrituras el momento de la venida del Mesías anunciado misteriosamente por los profetas. Y la espera de su realización se había vuelto fuerte y precisa, en ese periodo particular de la historia, en la que los historiadores registraron más de 100 candidatos a Mesías. «Como el pueblo estaba a la espera» (Lc 3, 15), cuando Juan Bautista apareció todos le preguntaban: « ¿Eres tú el que debe venir o debemos esperar a otro? » (Lc, 7, 19).
La situación era única y ese aspecto característico del cristianismo basta, piensan muchos especialistas, para situarlo completamente aparte en la historia religiosa de la humanidad.
« Hipótesis sobre Jesús » p. 47, 48, 51, 59
de Vittorio Messori, Mame, 1978
Bendiciones...

sábado, diciembre 01, 2007

El Santo Nombre de Dios

Yahvéh, significa El que hace ser o bien Él es: el que esencialmente es por sí mismo o el que es la fuente de toda existencia. (Este nombre en el texto hebreo antiguo se escribía sin letras vocales, únicamente las consonantes del Tetragrama sagrado: YHVH), este era el nombre impronunciable, que nadie decía, por lo que con el tiempo se perdió el recuerdo de las vocales que intervenían. De aquí que erróneamente se haya pronunciado JeHoVa durante mucho tiempo al intercalar las letras de otro nombre: Adonay*= a (e), o, a. (Señor)*
Hasta que fue confirmado por textos extrabíblicos que las vocales verdaderas sólo son dos: a, e, y la pronunciación correcta es Yahvéh.
Jehováh es un barbarismo, esto es, una pronunciación extranjera motivada por la ausencia de vocales en el nombre impronunciable de Yahvéh, con la aplicación de las vocales e, o, a.
Bendiciones...