María la madre de Cristo, nos enseña verdaderamente lo que significa entrar en comunión con Cristo: María ha ofrecido su propia carne, su propia sangre a Jesús y así deviene en el tabernáculo viviente del Verbo, dejándose penetrar en cuerpo y espíritu por su presencia.
Nosotros invocamos, a nuestra Santa Madre, para que nos ayude a abrir cada día más todo nuestro ser a la presencia de Cristo; para que Ella nos lleve a seguirle fielmente, día tras día, por el camino de nuestra vida.
Benedicto XVI: Homilía, 26/05/2005
Fuente: www.mariadenazaret.com
Bendiciones…
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