Ella permanece en la oración y estudiando la Ley.
A la escasa edad de tres años, sus pasos eran seguros, su palabra perfecta, se aplicaba tanto a alabar a Dios que no se le hubiera tomado por una niña sino por una persona madura.
Prolongaba sus oraciones y su rostro resplandecía, que a penas se la podía mirar. Nunca nadie la vio enojarse, nadie la oyó maldecir.
Todas sus palabras estaban llenas de Gracia que se reconocía a Dios en sus labios. Siempre permaneció en la oración y en el estudio de la Ley. Era toda atención con sus compañeras; para que ninguna de ellas cayera en el pecado.
Texto Apócrifo del Pseudo-Mateo
Fuente: www.mariadenazaret.com
Bendiciones...
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