La regla fundamental de nuestra Veneración a la Santa Virgen y a los santos, es lo que debemos dedicarle por completo a Dios y a nuestra Salvación; pues si no fuese dedicada a Dios, sería un acto puramente humano, no un acto religioso, y nosotros sabemos que los santos, estando llenos de Dios y de su Gloria, no reciben una veneración puramente humana.
De esta manera toda nuestra Devoción a la santa Virgen sería inútil y supersticiosa, si Ella no nos conduce a Dios para poseerlo eternamente, y gozar de la Herencia Celestial.
Adoramos un sólo Dios Todopoderoso, Creador y dispensador de todas las cosas, a cuyo Nombre hemos sido consagrados en nuestro santo Bautismo.
"Veneramos a la Santa Virgen y a los santos, no con un culto de servidumbre y de sujeción, ya que no estamos sujetos más que a un solo Dios, pero "los veneramos, dice san Ambrosio, con una veneración, de Caridad fraterna...
Y veneramos en ellos los milagros provenientes de la mano del Altísimo, la trasmisión de su Gracia, el derroche de su Gloria, y la santa y gloriosa dependencia por la cual permanecen eternamente obedientes a ese primer ser, a quien nosotros dispensamos nuestro culto como principio único de nuestro bienestar.
No sintamos, entonces, que disminuimos la Gloria de Dios y de Jesucristo, si experimentamos estos sentimientos hacia la santa Virgen y los santos."
Jacques-Bénigne Bossuet
"La Devoción a la Santa Virgen”
Bendiciones…
La Luz, el Amor, la Paz de Jesús y de la Bella María
están en ustedes
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario. Dios te bendice, ten un bonito día