La vi tan Bella, que si no fuese por la luz de la Fe, la habría tomado por una divinidad, como San Denis, el Aeropagita. En Ella reconocí a su autor admirable más que en toda la Creación; ya que Ella posee más tesoros Divinos que el de todas las otras criaturas juntas.
En el mismo instante, Dios decide crear un lugar donde el Verbo Encarnado y su Madre pudieran habitar. Para ellos solos fue decidida la Creación del Cielo y de la tierra con todo lo que contienen.
Bienaventurada María de Agreda,
La Ciudad Mística o Vida divina de la Santa Virgen María,
(Ia parte, cap. 1°)
Bendiciones...
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