Si un padre y una madre muy ricos tuvieran muchos hijos y que todos ellos debieran morir el único que sobreviviera heredaría todos los bienes. De la misma forma Adán, como todos sus hijos, murieron a la Gracia por el pecado original, sólo María, exenta de culpa, se constituye en heredera de todas las Gracias, la inocencia y los favores destinados a la descendencia de Adán.
¡De cuántas Gracias, de cuántos favores reunidos, Dios la hizo depositaria!
Dice el Evangelio que el padre de familia salió temprano para buscar los obreros de la viña. ¿No había entonces nadie en la viña? Sí, ahí estaba María que nació de esa viña. ¿Y cuál es esa viña? Es la Gracia.
San Jean-Marie Vianney, Santo Cura de Ars
Bendiciones… La Luz, el Amor y la Paz de Jesús y de la Bella María están en ustedes |
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