En 1966, en Jasna Gora el 3 mayo, año del milenio del bautismo de Polonia, el Primado de Polonia pronuncia, el acta de obediencia total a la Madre de Dios.
«La consagración a la Madre de Dios por la libertad de la Iglesia en el mundo y en Polonia es un grito que parte del corazón y de la voluntad: grito de todo el ser cristiano, de la persona y de la comunidad por el pleno derecho de anunciar el mensaje salvífico; grito que quiere hacerse universalmente eficaz arraigándose en la época presente y en la futura. ¡Todo por medio de María!
Esta es la interpretación auténtica de la presencia de la Madre de Dios en el Misterio de Cristo y de la Iglesia, como proclama el capítulo VIII de la Constitución Lumen Gentium.
Esta interpretación se ajusta a la tradición de los Santos, como Bernardo de Claraval, Grignon de Montfort, Maximiliano Kolbe.»
Homilía de S.S Juan Pablo II en Jasna Gora, 4 junio, 1979: |
Bendiciones…
México siempre fiel
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