¡Oh Espíritu Santo!,
recibe la consagración perfecta y absoluta de todo mí ser.
Dígnate ser en adelante,
en cada uno de los instantes de mi vida
y en cada una de mis acciones:
mi Director, mi Luz, mi Guía, mi fuerza
y todo el Amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reserva a tus operaciones Divinas
y quiero ser siempre dócil a tus Inspiraciones.
¡Oh Espíritu Santo!
transfórmame, con la Bella María y en Ella, en Cristo Jesús,
para Gloria del Padre y Salvación del Mundo.
Amén.
Que el Santo Espíritu nos ayude siempre a seguir a Cristo cogidos de la Mano de la Bella María.
Bendiciones…
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