Hijo auténtico de Francisco de Asís, el nuevo bienaventurado no se cansaba de inculcar a los fieles la devoción a Nuestra Señora, tierna, profunda arraigada en la verdadera tradición de la Iglesia. Al final de su vida, dirigió sus pensamientos, como lo había hecho durante toda su vida, a la Santísima Virgen María: «Amadla y hacedla amar. Rezad el Rosario todos los días.»
Carta de Don Antonio María osb,
abad de Claravale
16 junio - Canonización del Padre Pío en 2002
Fuente: www.mariadenazaret.com
Bendiciones…
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