De aquí es que, por muy iluminado que uno esté por la luz de la razón natural y de la ciencia adquirida, no puede entrar en sí para gozarse en el Señor si no es por medio de Cristo, quien dice: Yo soy la puerta. El que por mi entrare se salvará, y entrará, y saldrá, y hallará pastos. Más a esta puerta no nos acercamos sino creyéndole, esperándole, amándole. Por lo tanto, si queremos entrar de nuevo en la fruición de la Verdad, como en otro paraíso, es necesario que ingresemos mediante la Fe, Esperanza y Caridad del Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, quien viene a ser el árbol de la Vida plantado en medio del paraíso.
Por San Buenaventura
Gentileza de DICHOSA VENTURA
Bendiciones...
Hermoso todo el contenido de tu blog.
ResponderEliminarDios te bendiga y acompañe siempre.
Con amor
Laura