Por: Thalia Ehrlich Garduño
Citando la Bula Ineffabilis Deus del Papa Pío XII, el Papa pone en relieve esta dimensión Materna de la Realeza de la Bella Doncella de Nazaret:
“Teniendo hacia nosotros un afecto Materno e interesándose por nuestra Salvación, Ella extiende a todo el género humano su solicitud. Establecida por el Señor como Reina del Cielo y de la tierra, elevada por encima de todos los coros de los Ángeles y de toda jerarquía Celestial de los santos, sentada a la Diestra de su Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, obtiene con gran certeza lo que pide con sus súplicas Maternas; lo que busca, lo encuentra, y no le puede faltar” (AAS 46 (1954) 636-637).
De esta manera, todos los cristianos tienen confianza en María Reina, y esto no disminuye, sino que, al contrario, cada creyente exalta su abandono filial en Aquella que es Madre en el orden de la Gracia.
La solicitud de la Hermosa María por cada persona es plenamente eficaz en virtud de su estado glorioso posterior a su Asunción.
Esto lo pone en relieve san Germán de Constantinopla, que este estado asegura la íntima relación de la Bella María con su Hijo Jesús y hace posible su intercesión a nuestro favor.
Y le dice a la Doncella de Nazaret, Cristo quiso “tener, por decirlo así, la cercanía de tus labios y de tu corazón, de este modo, cumple todos los deseos que le expresas, cuando sufres por tus hijos, y Él hace, con su poder Divino, todo lo que le pides” (Hom 1: PG 98,348).
Se puede concluir que la Asunción no sólo beneficia la comunión plena entre la Bella María y Jesús, sino que también nos favorece a cada uno de nosotros, porque estando Ella en su estado glorioso puede seguirnos en cada momento de nuestra vida.
También san Germán dice: “Tú moras espiritualmente con nosotros y la grandeza de tu desvelo por nosotros manifiesta tu comunión de vida con nosotros” (Hom 1: PG 98,344).
Así pues, en vez de haber distancia entre la Bella María y nosotros, su estado glorioso hace que haya una constante cercanía. Ella sabe lo que pasa en nuestra vida y nos sostiene con su Amor Materno en cada prueba que tenemos en nuestra vida.
Al ser elevada a la Gloria Celestial, la Hermosa María se dedica plenamente a la obra de la Salvación para comunicar a cada ser humanota felicidad que le fue dada por Dios.
La Hermosa María es una Reina que da todo lo que tiene y comparte sobre todo, la vida y el Amor de su Hijo Jesús.
Bendiciones...
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