Numerosos signos muestran cómo la Santísima Virgen ejerce también hoy, precisamente a través de esta oración, aquella solicitud Materna para con todos los hijos de la Iglesia que el Redentor, poco antes de morir, le confió en la persona del discípulo predilecto: « ¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!» (Jn 19, 26).
Son conocidas las distintas circunstancias en las que la Madre de Cristo, entre el siglo XIX y XX, ha hecho de algún modo notar su presencia y su voz para exhortar al Pueblo de Dios a recurrir a esta forma de oración contemplativa.
Deseo en particular recordar, por la incisiva influencia que conservan en el vida de los cristianos y por el acreditado reconocimiento recibido de la Iglesia, las Apariciones de Lourdes y Fátima, cuyos Santuarios son meta de numerosos peregrinos, en busca de consuelo y de Esperanza.
ROSARIUM VIRGINIS MARIAE
S.S. Juan Pablo II, nª 7,
Vaticano, 16 de octubre, 2002.
Fuente: www.mariadenazaret,com
Bendiciones…
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