Señor Jesucristo, Redentor del género humano, nos dirigimos a tu Sacratísimo Corazón con humildad y confianza, con reverencia y Esperanza, con profundo deseo de darte Gloria, Honor y Alabanza.
Señor Jesucristo, Salvador del mundo, te damos las gracias por todo lo que eres y todo lo que haces.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios Vivo, te alabamos por el Amor que has revelado a través de tu Sagrado Corazón, que fue traspasado por nosotros y ha llegado a ser Fuente de nuestra alegría, Manantial de nuestra vida Eterna.
Reunidos juntos en tu Nombre, que está por encima de todo nombre, nos consagramos a tu Sacratísimo Corazón, en el cual habita la Plenitud de la Verdad y la Caridad.
Al consagrarnos a ti, los fieles (persona o de lugar) renovamos nuestro deseo de corresponder con Amor a la rica efusión de tu misericordioso y pleno Amor.
Señor Jesucristo, Rey de Amor y Príncipe de la Paz, reina en nuestros corazones y en nuestros hogares. Vence todos los poderes del maligno y llévanos a participar en la victoria de tu Sagrado Corazón.
¡Que todos proclamemos y demos Gloria a ti, al Padre y al Espíritu Santo, único Dios que vive y reina por los siglos de los siglos!
Amén.
S.S Juan Pablo II, 1986 (abreviado)
Fuente: Catolico.org
Bendiciones…